“El restaurante X tiene unas jornadas sobre el marisco de pocilga. Lo he leído en su twitter y he visto las fotos en su blog. ¿Vamos?”. “La peluquería T regala una aplicación del móvil para que te entretengas mientras esperas. Los resultados se muestran en tu facebook. Se la vi a María y es súper entretenida”. “El twitter de la tienda J dice que tiene esta semana de oferta los guantes y las bufandas. Entramos en la web y compramos los guantes azules que tanto te gusta”. Son tres conversaciones ficticias pero basadas en casos reales. Las redes sociales han provocado tres ventas en comercios pequeños.
El uso de las redes sociales ha cambiado el mercado y aunque muchas pequeñas empresas creen que no son para ellas porque carecen de grandes infraestructuras, la realidad demuestra cada día que se equivocan. Bares que elaboran cada semana la barra de pinchos o el menú en base a los gustos de los clientes, tiendas de ropa que atraen más clientes en las redes sociales que con su escaparate de toda la vida o empresas que contratan a personal analizando su trayectoria en la red, son cada día casos de éxitos más frecuentes.
Las redes sociales son tan variopintas como los usuarios. Hoy en día, hay una red social para cada persona o sector empresarial. Y personas enganchadas a varias redes sociales. Desde las que son meramente profesionales, como Linkedin, que en España cuenta ya con más de 2 millones de seguidores y 135 millones a nivel mundial, a las más populares, como Twitter o Facebook. No en vano, el 75% de los usuarios de internet en todo el mundo están enganchados, al menos, a una red social.
Las redes sociales son una oportunidad de negocio, sobre todo cuando se combinan con un buen diseño web, creando un flujo de información entre la página web y sus diferentes perfiles sociales que se retroalimenta constantemente y que dirige al usuario de una herramienta a otra.
Lo que es importante es que mantengamos activas y actualizadas todas nuestras herramientas web, pues el 25% de los consumidores reconocen que no comprarían los productos de marcas que dejen sin contestar sus preguntas en las redes sociales, la web o blogs. Es decir, la ausencia de respuesta, implica la no confianza del cliente, la consecuente no venta, un cliente más que cedemos a la competencia, y lo que puede ser peor, un 25% de usuarios que pueden desprestigiar tu marca.
En internet no todo vale, ni es rentable. El contar con un plan de acción y de respuesta, el mantener un contacto constante con nuestros seguidores y demostrar cada día a los clientes que ellos son nuestra razón de ser, son algunas pautas, como lo son un website dinámico, un blog, una política de publicidad acertada y una buena reputación on line. Por eso, es importante confiar en empresas y profesionales cualificados para gestionar nuestra presencia en la red. Y tú, ¿a quién confías tu imagen digital?
Fuente: JM Blanco (Depto. de Redaccion de Contenidos web de Internacionalweb)
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