Las 7 normas obligatorias para una descripción de producto de éxito

Pese a que son muchas las empresas que no trabajan coomo deberían las descripciones de sus productos, puedo decir sin miedo a equivocarme que estas son mucho más importantes de lo que se cree. Las descripciones marcan muchas veces la diferencia entre una venta o un abandono y eso, amigos y amigas, es mucho dinero.

Una buena descripción requiere de tiempo para encuadrarla dentro de una estrategia global, pero eso lo veremos después. Antes que nada, ¿sabemos para qué sirve una descripción de producto?

Las descripciones son el principal encargado de convencer al cliente de convencer al cliente de que tu producto es el que busca respondiendo a una serie de factores. ¿Fácil, no? Pues vamos a ver cómo potenciarlas.

1. Visualiza a tu comprador

En términos marketeros, estamos hablando del buyer persona. Parece básico, pero muchas empresas crean contenido sin tener claro a qué público se dirigen. Debemos ponerle cara, edad, perfil profesional, poder adquisitivo, gustos, preocupaciones... En definitiva, humanizar al usuario digital de tal forma que cuando escribamos todo fluya de una forma más natural.

2. Especificaciones técnicas

Sí, hay que escribir para una persona, pero no para ella debemos olvidarnos de las características exactas de nuestros productos. Todo lo relevante debe ser incluido en la ficha: dimensiones, peso, materiales con los que está construido, funciones, temperatura que soporta… Todo lo que consideres que puede preocupar a la persona que te está comprando.  

Además, es importante, en la medida de los posible, representar gráficamente los objetos. Por ejemplo, un bolso luce y se percibe mucho mejor su tamaño y estilo si un/una modelo lo lleva puesto.

3. Explica cuales son los beneficiones que se obtienen de tu producto

Tenlo siempre presente. Cuando vendes un producto, estás cubriendo una necesidad, ya sea tangible o intangible. Háblale al cliente sobre todo lo que va conseguir con ese objeto: sobre el tiempo que se va a ahorrar, la amplitud de funciones que le va a cubrir o lo guapo/a o moderno/a que se va a sentir.

4. Quítate la careta de vendedor

A veces resulta difícil, pero tenemos que intentar, en la medida de lo posible, que el cliente no nos vea como un vendedor. Que nos perciba como alguien cercano, que cree verdaderamente en las capacidades del producto e intenta ayudarle. Utiliza un tono más animado o natural en la descripción de los productos para reducir la desconfianza al máximo.

5. Crea una historia

Las historias apasionan a todo el mundo. Están en el día a día de cualquier persona. Una buena estrategia de marketing debe de ser construida alrededor de un relato que ir desarrollando y que facilite la identificación de los clientes con la marca. Si consigues enganchar a la gente, les harás sentirse partícipes de esta, la lucirán con orgullo e incluso la defenderán a capa y espada. ¿Acaso hay algo mejor que sentirte parte de algo especial? 

Las descripciones del producto deben ir en línea con el relato de tu marca, tenlo siempre presente. 

6. Con un ojo en el SEO

A la hora de redactar, debes tener también en cuenta el SEO. No es como antaño, que todo consistía en introducir la palabra clave por todas partes, pero sí es importante. Haz un análisis de qué consultas se realizan para buscar tu producto y realiza el contenido de valor alrededor de este. El tráfico orgánico es, además de gratis, numeroso y muy rentable.

7. Escribes para gente con prisa

Tienes que tener en cuenta que es probable que cuentes únicamente con unos segundos para atraer la atención del comprador. De lo contrario, estás fuera. 

Es muy importante hacer un contenido escaneable en segundos. Pon en negrita lo más destacado, títulos llamativos, claros y concisos, incluye alguna lista... Que lo puedan entender de un vistazo, vamos.

Si les llama la atención lo que ven, créeme, se leerán el resto y muy probablemente comprarán. ¿O no es lo que haces tú?

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