La verdadera diferencia del mundo en el que vivimos hoy con el que los seres humanos han conocido a lo largo de la historia es la velocidad a la que se producen cambios que alteran la forma en la que funciona nuestra sociedad. Cuando antes las modificaciones sustanciales para la vida diaria tardaban siglos en producirse, ahora en sólo unas décadas la tecnología es capaz de alterar la forma en la que nos relacionamos.
Un ejemplo muy claro de estos cambios es la telefonía móvil. Hace ahora 40 años que Motorola presentaba en sociedad el prototipo de lo que sería el primer teléfono móvil, el Motorola DynaTac, aunque no sería hasta 1983 cuando se lanzara al mercado la versión comercial de este modelo que pesaba 800 gramos y sólo tenía autonomía para una hora de conversación.
Tras esto hubo unos años en los que los teléfonos móviles se asemejaban mucho a una enorme caja con una antena y que, a no ser que llevaras un maletín contigo, no se transportaban con facilidad. Hasta que en 1989 fuera otra vez Motorola quien sorprendiera al mundo con un teléfono que cabía en el bolsillo, el Microtac 9800X. A pesar de su elevado precio, 3000$, fue un éxito de ventas.
En los años 90, fueron varias las compañías que comenzaron a vender teléfonos móviles. Así, Nokia y Ericsson fueron dos de las empresas que popularizaron estos aparatos al desarrollar terminales más baratos que una proporción más elevada de la población podía permitirse, a los que de forma progresiva se iban añadiendo más funciones que las de simplemente realizar una llamada. Así, en 1999 llegaba a las tiendas el Nokia 7110 que se convertiría en el primer teléfono que disponía de funciones de navegación WAP.
Los avances se seguían sucediendo cada vez a un ritmo más rápido. Al año siguiente, los japoneses podían comprar ya el Sharp J-Sho4, un terminal que integraba una cámara de fotos y presentaba pantalla a color donde se podían ver las instantáneas tomadas.
Unos años más tarde, RIM revolucionó el sector con Blackberry 6210, el primer modelo de la compañía en el que, sin necesidad de auriculares, se combinaban funciones de teléfono con una gestión avanzada de correo electrónico y navegación WAP. Todo eso con un cómo teclado QWERTY que facilitaba la escritura de textos.
La transformación de los móviles en pequeños ordenadores de bolsillo era ya una realidad en 2005, cuando Palm incorporó Windows Mobile como sistema operativo para sus modelos Treo con lo que las funciones de estos aparatos iban más allá de la simple llamada telefónica.
Sólo dos años más tarde, se presentaba en sociedad el iPhone. Su ausencia de teclado en favor de una pantalla táctil, la facilidad de uso y la posibilidad de añadir aplicaciones según las necesidades del usuarios fueron las claves para poner en marcha lo que hoy es toda una industria en torno a los smartphones. También en 2007, Google presentaba Android como sistema operativo abierto para terminales móviles y en 2008 se comercializó el HTC Dream, primer terminal Android.
Estas cuatro décadas de desarrollo de la telefonía móvil han hecho que en un periodo relativamente corto de tiempo. Son muchas las personas que en su vida han visto como se pasaba de un teléfono comunitario para el barrio o pueblo donde vivían a estar permanentemente en contacto con cualquier parte del mundo gracias a un pequeño aparato que llevan en el bolsillo.
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