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   Para ser un buen emprendedor hay que tener unas cualidades innatas, pero hay otras que uno puede aprender o mejorar con el paso del tiempo y con el desarrollo o con la evolución de su negocio. Dentro de las características innatas destacamos el tener pasión por lo que se hace, el levantarse cada día con fuerzas y con ganas de avanzar un poquito más, el ser paciente, organizado y tener una mente flexible, sobre todo si se trata de un negocio por internet ya que este puede ser muy cambiante.
Jueves, 2 de julio de 2015

3 claves para ser un buen emprendedor

   Para ser un buen emprendedor hay que tener unas cualidades innatas, pero hay otras que uno puede aprender o mejorar con el paso del tiempo y con el desarrollo o con la evolución de su negocio. Dentro de las características innatas destacamos el tener pasión por lo que se hace, el levantarse cada día con fuerzas y con ganas de avanzar un poquito más, el ser paciente, organizado y tener una mente flexible, sobre todo si se trata de un negocio por internet ya que este puede ser muy cambiante.

   Sin embargo, podéis estar pensando que estas denominadas cualidades innatas que hemos destacado aparecen cuando ya hemos desarrollado el negocio o cuando estamos haciéndolo, así que, ¿qué claves podemos daros que también estén presentes en el antes y no sólo en el durante y en el después?


3 claves para ser un buen emprendedor


       
       Ser realista

   Esta característica puede parecer simple pero no lo es, es sumamente compleja y se puede aprender. Cuando decimos que alguien debe ser realista nos referimos a que montar un negocio no es sólo llegar, montarlo y triunfar. No. Se debe hacer un gran trabajo en comprender el complejo mundo donde te quieres meter. Para ser realista hay que hacer un gran esfuerzo que no está, ni por asomo, bien pagado (quienes hayan montando ya un negocio me entenderán mejor).

   Debes informarte de temas de impuestos, de los servicios que prestan las asesorías, proteger tu negocio legalmente, estudiar si tu producto o servicio el publico lo demanda y lo necesita, ¡y a qué precio! Estudiar a tu competencia, estudiar dónde quieres ponerlo, ¿te dan ayudas por poner tu negocio allí donde quieres?... La lista es interminable pero aún así, no nos cansaremos de ver a gente poner bares y restaurantes sin hacer estudios de mercados, sin analizar cuánta gente pasar por delante de su local, qué nivel económico tienen… Sin saber cómo negociar con proveedores, cómo llevar la contabilidad, cómo mantener un flujo de caja positivo, cómo negociar con el banco un crédito…

   Por supuesto no estamos diciendo que se ha de ser un experto en todo esto porque no sería empresario ni el tato. Pero sí que hay que tenerlo en consideración para rodearte de gente que sepa sobre ello (un conocido, un experto en el tema, alguien que ya ha puesto negocios). Lo que está claro es que si no eres realista, no vas a considerar ni la mitad de lo que hay que considerar, vas a hacer una tabla de Excel, vas a meter los gastos que crees que tendrás, los aumentarás un 15% “por si acaso”, harás tus proyecciones de ventas y te saldrá que ganarás cuatro largas cifras al mes… Pero a los seis meses de montar un negocio cerrarás.


       Constancia antes que inteligencia

   Son muchos los expertos y los empresarios con éxito que afirman esto. La afirmación es muy dura y no quiere decir que tengas que ser constante y tonto para triunfar, pero hace referencia a que perseverando en el desarrollo de tu negocio durante uno, dos o tres años, acabarás triunfando, si lo haces bien claro. Y esto se basa en la sencilla premisa de que la mayoría de la gente no aguanta tanto tiempo desarrollando negocios y se da por vencido o por vencida antes de tiempo. Está claro que si te hundes económicamente hablando a los 4 meses y debes 150.000 € debes parar, pero esto no se da en la gran mayoría de los casos.

   Supongamos el ejemplo del sector de las mascotas en internet y que en 2015 comienzan cuarenta proyectos similares de webs con tiendas online para vender productos. Este tipo de negocio no es sumamente caro ponerlo por lo que no tendremos el impedimento anteriormente descrito.

   Pues bien, de esas cuarenta personas, una gran parte no se dedicarán a ello en exclusividad y desistirán tras ver que a los cuatro o seis meses no se están haciendo de oro. Otros tendrán problemas con los diseñadores webs o con los servidores o tendrán la mala suerte de empezar con mal pie, perderán energías y su proyecto se irá a pique. Otros entrarán con fuerza y con gran inversión, ganando tanto como creían. Algunos continuarán muchos años con el negocio y otros tomarán caminos u estrategias equivocadas y cerrarán. Otros abandonarán el proyecto porque les surgen nuevas oportunidades y otros porque se darán cuenta de que ese no era el camino que querían tomar en sus vidas.

   Y luego estarás tú. Que comenzarás con ilusión, que trabajaras cada día y que te harás un hueco poco a poco. Hueco, que irá haciéndose más grande con el paso del tiempo si te mantienes constante y trabajas con ganas cada día. Al principio te costará, como todo en esta vida, pero a medida que vaya pasando el tiempo, obtendrás tus frutos. Sólo necesitas constancia, no darte por vencido y seguir luchando por tus sueños.


       Conoce tus límites

   Por último mencionar que son muchos los empresarios que, ya sea por A o por B, quieren acaparar más de lo que pueden. Todos nos hemos creído capaces de todo. Esa emoción de empezar algo nuevo nos hace creernos invencibles. Nos atrevemos con el marketing, con diseñar hasta la web, a contactar con los clientes, a vender por teléfono, a redactar los contenidos, a diseñar los productos, gestionar los envíos, hacemos de recepcionistas, de contables, de motivadores, de líderes… Presentamos brainstorming y los debatimos con nosotros mismos… Y hacemos hasta de médicos si nos hacemos un corte en un dedo.

   Habrá gente que podrá con todo, no tengo dudas. Pero, ¿realmente es necesario? Yo creo que no. Montar un negocio puede quemar mucho, requiere mucha energía y si te empecinas en querer hacerlo todo tú sólo sin ayuda, puedes convertir en fracaso una idea de éxito. Delega, pide consejo, busca apoyo, no trates de hacerlo todo tú por tu cuenta.

   Por supuesto hay muchísimas otras cosas que se han de tener en consideración a la hora de ser un buen emprendedor: ser flexible, moverte en tu comunidad, estar al tanto de todo lo que se mueve en tu negocio, etc., etc. Pero hoy hemos querido destacar estas tres claves personales por encima de las demás.

   Esos son nuestros consejos. Y vosotros, ¿qué opináis?

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